2014

Fotografía, vídeo, libro experimental, objeto intervenido.

Cuando la salud pública y el beneficio privado se enfrentan…, ya se sabe quién es más fácil que salga perdiendo.

El elevado crecimiento de la población reclama una velocidad en el modelo productivo que merma la calidad de los productos, llegando a ser dañinos para nuestro consumo.

Los plaguicidas o pesticidas son sustancias destinadas a matar, repeler, atraer, regular o interrumpir el crecimiento de algunos seres vivos considerados como plaga.

El uso de pesticidas crea una serie de problemas para el medio ambiente. Más del 98% de los insecticidas fumigados y del 95% de los herbicidas llegan a un destino diferente del buscado, incluyendo especies vegetales y animales, aire, agua, sedimentos de ríos, mares y alimentos. La deriva de pesticidas ocurre cuando las partículas de pesticidas suspendidas en el aire son llevadas por el viento a otras áreas, pudiendo llegar a contaminarlas. Los pesticidas son una de las causas principales de la contaminación del agua y ciertos pesticidas son contaminantes orgánicos persistentes que contribuyen a la contaminación atmosférica.

La presencia de residuos de plaguicidas por encima de lo admitido de acuerdo a los Límites Máximos (LMRS) establecidos por la Unión Europea, se detectó en un 10% de las muestras de frutas y hortalizas analizadas en nuestro medio. Ocho de los nueve productos comerciales testados resultaron ser, de media, cientos de veces más tóxicos que sus ingredientes activos solos.

El colapso de las colonias bucea por la creación de uno de los productos más emblemáticos de la península e implementado en nuestra dieta, el aceite de oliva. En este trabajo se acompaña a todas las personas que forman parte de la cadena de producción del aceite y nos comparten sus experiencias y opiniones referentes a los métodos y sustancias que se utilizan para que el producto llegue a nuestras mesas. Unos testimonios que no dejan indiferentes.